Autor:Antonia Romero
Editorial:Autoeditado
Año:2013
Nº de páginas aprox.:187
SINOPSIS: Lee la sinopsis de este libro pinchando AQUÍ
Hace unos meses Antonia Romero me ofreció la posibilidad de leer Los diletantes, primera parte de la saga El quinto sello, y a pesar de que en principio era una novela que no encajaba demasiado en mis gustos, el resultado fue positivo y me quedé con ganas de descubrir cómo continuaba la historia. Es por eso que cuando hace unas semanas contactó de nuevo conmigo para ver si me apetecía leer la segunda parte, Los cambiantes, no dudé en aceptar su propuesta.
Los cambiantes retoma la historia en el mismo punto en el que finalizó Los diletantes, por lo que si no habéis leído la primera parte y tenéis intención de hacerlo os recomiendo que no sigáis leyendo. La novela empieza mostrándonos a Ada, quien intenta volver a la rutina de su vida con el comienzo de un nuevo curso escolar. Tras su paso por Santuario y como medida de protección, su hermana y ella ahora conviven con una Cambiante, Rita, a quien Andrew le ha asignado la protección de Ada pues teme que Gudric intente capturarla en cualquier momento. Por su parte, Andrew se alimenta de sangre humana por lo que no puede salir a plena luz del día, a pesar de lo cual sigue adelante su relación con Ada.
Para Ada, al igual que para cualquier otro humano, la vida de sus seres queridos es una prioridad por lo que teme que por su culpa les pueda suceder algo, temores que se verán confirmados cuando Gudric posea a su mejor amiga para aproximarse a ella. Tras estos sucesos y como medida de protección, Ada junto a su hermana Ariela y Rita son trasladadas a La Guarida, un entramado de galerías subterráneas que recorren una isla que sirve de hogar a los Cambiantes, donde tendrá que hacer frente a nuevos peligros y experiencias que harán que se transforme y empiece a conocerse a sí misma.
Al igual que me ocurrió con Los diletantes, Los cambiantes me ha resultado una lectura muy entretenida y ya estoy deseando leer la siguiente parte para descubrir cómo continúa la historia. Si bien ambas obras son similares en cuanto a su estilo, en este caso he notado que el aspecto romántico pierde importancia, incluyéndose más escenas cargadas de acción y suspense.
El libro comienza con un prólogo que retoma la historia y sirve para que hagamos memoria de lo que sucedió en la parte previa. Es una de las cosas que menos me gusta de leer novelas que no son únicas, ya que aunque como en este caso haya transcurrido relativamente poco tiempo desde la anterior lectura, siempre hay algún detalle que ha quedado olvidado. Seguidamente y a lo largo de veintidós capítulos nos encontramos con el desarrollo de la trama en la que Antonia vuelve a utilizar la narración en primera persona a cargo de Ada, incluyendo al igual que en Los diletantesalgunas partes en tercera persona para contarnos lo que sucede en aquellas escenas en las que Ada no está presente. El ritmo se mantiene constante y es muy dinámico, empleando Antonia un lenguaje claro y sencillo además de hacer uso de abundantes diálogos que contribuyen a imprimir agilidad a la lectura.
La mayor parte de los personajes que encontramos en Los cambiantes nos van a resultar conocidos pues ya aparecían en la primera parte. No obstante, aparecen nuevas figuras que adquieren relevancia en la historia y volvemos a encontrarnos con unas personalidades coherentes, bien desarrolladas y ajustadas a la realidadal margen de los poderes que poseen.
Ada es nuevamente la auténtica protagonista de esta historia y en este caso nos encontramos con una joven más madura, con un carácter mucho más marcado y una fortaleza que se irá afianzando poco a poco. Es consciente de los peligros a los que tiene que hacer frente y tiene que adaptarse progresivamente a su nueva realidad. No será un cambio sencillo y tendrá que enfrentarse a la dificultad de encajar ambos mundos sin poner en peligro a las personas que la rodean. Puesto que ella es la narradora todas estas incertidumbres y dilemas quedan de manifiesto en la narración, permitiendo que nos podamos poner en su lugar y compartir como se siente.
En esta parte me ha dado la sensación de que Andrew pierde relevancia y sus apariciones son menores. Como os decía la parte romántica está menos desarrollada y no nos encontramos con demasiadas escenas centradas en esta faceta, algo que a mí no me ha disgustado ya que en Los diletantes fue lo que menos me gustó. Los cambios que se producen en sus protagonistas y los problemas a los que tienen que enfrentarse hacen que su relación sufra una evolución coherente que queda patente para el lector pues Antonia se encarga de reflejar muy bien los sentimientos y emociones de cada uno, haciendo que podamos entender el por qué de las decisiones que toman en cada momento.
La música vuelve a ser un elemento con mucha relevancia en esta novela. Ada sigue conservando su afición y a lo largo de las páginas nos vamos encontrando referencias a las canciones y grupos que escucha como Evanescence, Lacuna Coil, Breaking Benjamin o Dead By Sunrise entre otros.
Puesto que las bases de esta sociedad ya habían sido presentadas en su anterior novela, en este caso se van afianzando los conceptos y se profundiza principalmente en la raza que da título al libro, Los cambiantes, conociendo aspectos como sus principales características, su hogar o su forma de vida. Relacionado con este mundo que Antonia ha creado, un punto que me ha resultado positivo y que no recuerdo que se incluyese en Los diletantes es el glosario final de términos pues son bastantes los conceptos que se barajan y siempre viene bien tener una referencia para consultar qué es cada uno.
Aunque estamos ante una novela de fantasía, la acción sigue teniendo lugar en nuestro mundo y así algunas de las localizaciones que encontramos en la novela son Nueva York, encontrando referencias a hoteles como el Benjamin hotel o el Jumeirah Essex House en Central Park; Praga de la que conocemos ubicaciones como el Puente de Carlos incluyendo datos relacionados con el mismo o Vouliagmeni y Grecia, donde se ubica La Guarida, hogar de los cambiantes.
Resumiendo, Los cambiantes retoma la historia que Antonia Romero inició con Los diletantes, encontrándonos con una historia que contiene una mayor dosis de acción y que nos mantendrá en tensión desde las primeras páginas. Una lectura que resulta muy amena y que nos deja con ganas de más, por lo que habrá que esperar a la publicación de la tercera parte para conocer más detalles e ir resolviendo los interrogantes que se han ido planteando en estas dos entregas.
FUENTES: imagen autora aquí
Gracias a Antonia por facilitarme el ejemplar